Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno psicótico, a menudo de larga duración, que puede dar lugar a cambios notables en la percepción que una persona tiene de la realidad.

Visión general de la esquizofrenia
La esquizofrenia es una forma común de enfermedad mental grave que conlleva un notable ‘estigma’ y es a menudo mal entendida. Las personas con esquizofrenia sufren de pensamientos, emociones y conducta perturbados, y les resulta difícil juzgar la realidad. Esto puede tener un impacto mayor en la vida del individuo (él o ella) y su familia.
La esquizofrenia es causada por un desequilibrio en las sustancias químicas que envían señales al cerebro, dando lugar a la percepción (ver/oír/pensar) de las cosas que no son reales. Los factores que crean este desequilibrio no se entienden completamente.
Síntomas
La esquizofrenia se caracteriza por episodios de psicosis (pérdida de contacto con la realidad) entre los períodos de emociones embotadas y retiro.
Los síntomas que se presentan durante los episodios de psicosis se conocen como «síntomas positivos» e incluyen trastornos del pensamiento, delirios (creencias falsas, a menudo con paranoia) y alucinaciones – voces auditivas principalmente. Estos síntomas suelen ir acompañados de ansiedad, depresión y exceso de actividad – moverse constantemente y ponerse agitado.
En contraste, los episodios de retiro consisten en «síntomas negativos». Estos incluyen emociones reducidas, menos fluidez del habla, mala capacidad para planificar, iniciar y/o persistir en actividades y sentimientos reducidos de placer o interés. Los síntomas negativos suelen ser responsables de problemas con la interacción social y las actividades diarias.
Estadísticas
La esquizofrenia afecta a las personas sin importar su raza, cultura o clase social. Por lo general comienza en la edad adulta temprana (desde los 20 años de edad)1, pero puede aparecer a cualquier edad a partir de los veinte años. La esquizofrenia afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque los hombres tienden a desarrollar la enfermedad un poco más temprano en la vida.2 La probabilidad de un individuo (él o ella) de desarrollar esquizofrenia durante toda su vida, es de aproximadamente el 1%.1
En 2004, la Organización Mundial de la Salud estimó que más de 26 millones de personas sufrían de esquizofrenia, por lo que es una de las 20 principales causas de discapacidad en todo el mundo.3 Además, en 2004, 30.000 muertes se atribuyen a la condición.3
La enfermedad cardiovascular (ECV, CVD son sus siglas en inglés), incluyendo las enfermedades coronarias cardiacas [CHD: coronary heart disease, por sus siglas en inglés]), es la causa más común de muerte en personas con esquizofrenia.4 En los pacientes con esquizofrenia, las enfermedades cardiovasculares y pulmonares se ha estimado que representan aproximadamente el 60% de muertes prematuras.5 Además, los pacientes con esquizofrenia tienen más del doble de probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares en comparación con la población general.5 El exceso de mortalidad por ECV asociada con la esquizofrenia se atribuye a una mayor prevalencia de factores de riesgo bien conocidos, tales como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, la dislipidemia y el tabaquismo.6
Sin embargo, los pacientes con esquizofrenia también tienen acceso limitado a la atención somática y los estudios demuestran la falta de tratamiento de los factores de riesgo de ECV.
La esquizofrenia está también entre una de las enfermedades más costosas económicamente en el mundo y, junto con otras enfermedades psicóticas, se ha demostrado que representan el 1.5% (Reino Unido), 2% (Países Bajos, Francia) y 2.5% (EE.UU.), del total de los presupuestos nacionales de salud.7,8
En búsqueda de diagnóstico y atención
A pesar de la investigación intensiva, se tiene aún que encontrar una cura para la esquizofrenia aún. Sin embargo, es posible tratar y reducir considerablemente los síntomas, y reconocer los «factores de riesgo» o «señales de alerta» de una recaída en espera de un nuevo episodio.
La esquizofrenia requiere tratamiento a largo plazo. Esto por lo general consiste en una combinación de medicamentos y terapia psicosocial, con un período en el hospital a menudo necesario para el cuidado y la supervisión durante los episodios psicóticos.
A pesar de la gravedad del trastorno, algunas personas sólo experimentan un episodio esquizofrénico único y pueden ser capaces de volver a muchas de sus actividades diarias normales después del tratamiento y la rehabilitación. Por desgracia, otras pueden desarrollar síntomas antiguos, molestos, que limitan su capacidad para estudiar, trabajar o tener una interacción social.
Es importante que las personas con esquizofrenia reciban asesoramiento experto y atención médica para su enfermedad.