No hay nada peor que el sentimiento de derrota y desesperación que aparece cuando hemos cometido grandes errores en la vida que nos han hecho fracasar.
Es como tener un cuchillo que se ha clavado directamente en nuestro corazón.
Lo peor de todo es que solemos estar tan cegados por esos fallos que, hasta que nos recuperamos y nos volvemos a levantar, pueden pasar meses o incluso años.
Lo sé porque yo he estado ahí también. He cometido errores que, a día de hoy, todavía me cuestan perdonarme a mí misma. Han sido más de los que me gustaría admitir.
Y cada vez que he pasado por uno de esos fallos monumentales, me he preguntado cómo podría seguir adelante sin cargar con esa gran culpa a mis espaldas.
He sentido que no tenía fuerzas para continuar ni emocionalmente, ni mentalmente, y por supuesto, tampoco físicamente.
Pero al final, de una forma o de otra, he conseguido perdonarme a mí misma. He tomado todos los trozos que estaban rotos en mi interior, y me he esforzado por seguir mi camino en la vida.
No fue fácil; de hecho, seguramente haya sido una de las cosas más duras que he tenido que hacer.
Y con cada error y cada perdón me prometía a mí misma que no volvería a suceder nunca más.
He tenido que recuperarme de fracasos con mis amigos, con mi familia, con relaciones de pareja, con empleos, e incluso conmigo misma.
Cada uno de esos momentos estaban llenos de oscuridad; de hecho, no podía ni mirarme a mí misma en el espejo porque si lo hacía, sólo veía esos errores enfrente de mí repitiéndose una y otra vez.
Sin embargo, al final las cosas mejoraban. Con el tiempo todo se iba arreglando, poco a poco, aunque no era algo que sucedía de la noche a la mañana.
Era un proceso lento y difícil. Dolía tener que aceptar la realidad y darme cuenta de que quedarme anclada al pasado no iba a solucionar nada.
Pero al final lo conseguí. Me perdoné por mis errores. Y tú también lo harás.
Si ahora mismo estás pasando por una situación así, sólo puedo decirte “lo siento”. Sé lo que es no tener fuerzas para aguantar otro día más.
Pero por experiencia puedo decirte que aguantarás, que todo irá mejor. Aunque debes darle tiempo para que eso suceda.
Recuerda que lo que no te mata, te hace más fuerte. Y con estos 8 consejos acelerarás ese proceso de cura y podrás perdonarte a ti mismo para continuar adelante con tu vida.
8 consejos para perdonarte a ti mismo por tus errores del pasado
- Encuentra el lado positivo
Aunque no siempre es fácil ver el lado positivo de las cosas cuando nos equivocamos, siempre hay algo bueno en todo lo que nos sucede.
A través de los fracasos, del dolor, y de cometer errores, aprendemos. Crecemos, maduramos, y entendemos mejor la vida, el amor, y a las personas que nos rodean.
Así que cuando te equivoques en algo que te cueste tiempo, dinero, o incluso una relación, intenta siempre encontrar el lado positivo que hay.
Sé que tu reacción más natural será pensar que no ha habido nada bueno en eso, que lo único que has conseguido ha sido reflexionar sobre ello, y estar más atento a los errores que puedas cometer en el futuro.
Pero si haces eso, significa que no estás aprendiendo nada de lo que te ha pasado.
La vida es una serie de errores que cometemos unos tras otros, y eso es lo que nos hace crecer, desarrollarnos, y convertirnos en mejores personas si sabes aprovechar la lección que te han dado.
Da igual que esos fallos te hayan llevado al final a un camino de felicidad, o tan sólo a comprender mejor algún aspecto vital: siempre hay un punto positivo que podrás sacar de ello.
Si te cuesta verlo, haz este ejercicio: siéntate en un lugar tranquilo, toma un papel y lápiz, empieza a pensar en tu error o errores, y ve apuntando las cosas buenas que sacaste de eso, aunque te parezcan insignificantes.
De ese modo, viendo la situación desde una perspectiva más alejada, y en calma, te darás cuenta que hay lecciones valiosas que aprendiste de ese error.
- Piensa de nuevo en tus metas
¿Cómo puedes usar el dolor de tus errores del pasado para que tu futuro sea mejor? Una estupenda manera es utilizando esas lecciones para redefinir los objetivos de tu futuro.
Todos podemos usar las experiencias de nuestros fallos para que nos ayuden a guiarnos en la dirección correcta hacia nuestras metas.
Sé que cuando fracasamos en la vida y cometemos errores, es muy difícil perdonarnos a nosotros mismos; es duro dejar atrás el dolor y la pena que nos hacen sentir.
Pero esos fallos pueden ser un estupendo trampolín para levantarnos de nuevo, e intentar hacerlo mejor la próxima vez. Y dentro de ese futuro, nuestras metas juegan un importante papel.
Cualquier situación difícil está hecha para hacernos crecer y convertirnos en personas mejores. Es lo que le pasa a todo el mundo, y no debes sentir ninguna vergüenza por haberte equivocado.
Sin embargo, lo que mucha gente desaprovecha es las lecciones que aprende de esos fracasos para repensar en sus objetivos de ahí en adelante.
Así que piensa de nuevo en las metas que te has propuesto conseguir, y mira cómo podrías mejorarlas en base a los fallos pasados que ya has cometido.
- Reflexiona sobre lo que más aprecias en la vida AHORA
Una de las formas más efectivas de perdonarte a ti mismo es replantearte qué es de verdad lo que valoras en la vida.
¿Qué aspectos has aprendido a apreciar mejor gracias a tus errores?
¿A las personas? ¿La libertad? ¿La seguridad? ¿Tu familia?
Utiliza ese dolor de los fracasos pasados para ayudarte a determinar qué es lo más importante para ti hoy y así poder seguir adelante.
Por ejemplo: si has cometido errores en tu matrimonio o con tu pareja, ¿cómo podrías ahora reorganizar tus valores para que en el futuro tu relación con esa persona o con otras sea mejor?
Esto es algo muy importante que he aprendido en estos años, y con el paso del tiempo me he dado cuenta de que solemos vivir en una especie de “piloto automático” que hace que pasemos de largo lo que de verdad importa.
Estamos tan concentrados en nuestros trabajos, en lo que hemos hecho mal, o en cosas insignificantes que se nos olvida cuidar de lo realmente precioso que hay en nuestras vidas.
Por esa razón es importante que pienses en ello y reorganices tus valores; de hecho, te animo a que hagas una lista por escrito, y la ordenes de lo más importante a lo menos importante.
Hacer esto es un excelente ejercicio para perdonarte a ti mismo por los errores pasados, porque rigiéndote por tus propios valores podrás centrarte en lo que de verdad importa para ti ahora, no en el pasado.
- Practica la gratitud
La gratitud es la mejor forma de curar nuestras heridas, perdonarnos por los errores pasados, y de ver toda la belleza que hay a nuestro alrededor.
Pero ¿sabes cuál es el problema de los seres humanos? Que nos resulta más sencillo fijarnos en lo que no tenemos en vez de mirar lo que sí tenemos.
Nos comparamos con los demás y con nosotros mismos mirando a nuestro pasado en vez de a nuestro presente.
“Mi vida antes era mejor. Hace dos años tenía más tiempo para mí…”
Debes empezar a darte cuenta de que estás rodeado por cosas de las que deberías estar agradecido.
Para empezar, si estás leyendo esto significa que respiras y estás vivo, y ese es uno de los regalos más preciados que tienes ahora mismo. Tienes personas en tu vida que te aman. Una casa bajo la que vivir…
Hay un millón de cosas en este mundo por las que debes estar agradecido. Así que de nuevo toma un papel y un lápiz, y escríbelas.
Es una gran manera de perdonarte a ti mismo por tus errores pasados porque así te darás cuenta de que tu vida actual está llena de cosas buenas a pesar de los fallos que hayas tenido antes.
- Comprométete a vivir tu vida de forma diferente
Dicen que la definición de locura es hacer las mismas cosas una y otra vez, y esperar que los resultados sean distintos.
A veces, cometemos fallos enormes una y otra vez y no hacemos nada para remediarlo. Y con esa conducta lo único que logramos es acumular la culpa de los errores que tenemos uno tras otro.
Por eso debemos hacer cambios en nuestro comportamiento, y comprometernos a vivir de una forma diferente a lo que habíamos hecho hasta ahora.
Si sigues equivocándote siempre en lo mismo, sin hacer nada para que la próxima vez evites ese error, será mucho más difícil perdonarte cuando lo cometas la próxima vez.
No hay nada peor que sentirte atrapado en la misma situación negativa una y otra vez, como por ejemplo elegir un tipo de persona que sabes que no te hace bien para que sea tu pareja, o buscar empleos que sabes que no te llenan en realidad.
Es importante que te examines a ti mismo y que reconozcas el comportamiento que te lleva a tener esos errores.
Identifícalo, y comprométete contigo mismo a no actuar de la misma manera la próxima vez que te encuentres en una situación así.
- Cambia tus prioridades
En el mundo en el que vivimos hoy en día, es fácil perder de vista cuáles son realmente nuestras prioridades.
A veces, sacrificamos nuestro tiempo y nuestros valores por otra persona o por llegar a una meta, y otras, vivimos tan acelerados que nos olvidamos cuidar de nosotros mismos.
Y cuando eso pasa, todo el estrés y la ansiedad que tenemos acumulados se vuelven tan abrumadores, que ese peso que cargamos nos hace explotar.
Es muy importante que cuides de ti, que cambies tus prioridades y te dediques a lo que realmente importa en tu vida. Aparta algo de tiempo para dedicártelo a ti mismo.
Haz algo especial con lo que disfrutes o que te apasione. Preocúpate por ti y valórate como realmente te mereces.
Es mucho más fácil perdonarte a ti mismo por los errores de tu pasado si no estás estresado todo el tiempo, o si no vives en un estado permanente de ansiedad o miedo.
¡No te tomes todo de forma tan seria!
Lo hecho está hecho, y se ha quedado en el pasado. Así que aprende de ello y sigue adelante.
- Ayuda a los demás
Uno de los mejores modos de sobreponerte a los grandes fallos que hayas cometido, de perdonarte a ti mismo, y seguir adelante, es buscar oportunidades para ayudar a otra gente.
Cuando cambias el foco de tu vida, y en vez de concentrarte sólo en ti te fijas también en las personas que hay a tu alrededor, la mente se vuelve más positiva y dispuesta a ser amable con todo el mundo, incluidos nosotros mismos.
Por eso es por lo que debemos aspirar a que el significado de nuestra vida sea ayudar a otros.
Hay demasiados seres humanos en este planeta que necesitan una mano amiga para superar sus problemas. Así que pregúntate cómo puedes ayudar a otros.
Hazte esta pregunta cada mañana cuando te despiertes. ¿Qué puedes hacer tú hoy por otra persona?
No hace falta que te vayas muy lejos: en tu vecindario, en las calles por las que pasas, o incluso en tu propia casa, seguro que hay alguien que te necesita y a quien tú puedes hacerle la vida mejor.
Es mucho más sencillo dejar los problemas personales atrás y no preocuparte tanto por tus fracasoscuando estás centrado en ayudar a otras personas.
Si puedes convertirte en alguien valioso para otros en este mundo, será cuando la verdadera magia empiece a ocurrir en tu interior.
No es una cuestión de ayudar a la gente para que ellos te devuelvan el favor, o para ser admirado por tu generosidad; ello, en realidad, se llama egoísmo.
De lo que se trata es de ayudar a las personas para que entre todos convirtamos este mundo en un sitio mejor.
- Relájate, respira, y déjalo ir
En la mayoría de ocasiones, lo único que necesitas es relajarte, respirar, y dejar ir lo que te está atormentando.
No te tomes la vida de forma tan seria, ni hagas un drama por todo lo que te sucede.
Tus errores los ves tan grandes sólo porque te han pasado a ti. Si un amigo te contase que está teniendo el mismo problema que tú, ¿qué le dirías?
Seguro que le dirías que no pasa nada, y que todo irá a mejor, que no es tan malo como él cree.
Entonces ¿por qué no te das ese consejo a ti mismo? ¿Por qué los mismos problemas en los demás te parecen pequeños, y en ti te parecen tan grandes?
Una buena forma de evitar esto es relajarte, respirar, y dejarlo estar sin darle más importancia. Habla con Dios, con Alá, con Buda, o contigo mismo para desahogarte y soltarlo de una vez por todas.
Es mucho más destructivo aferrarte a la pena, a la ira, o al resentimiento, que hacerlo al amor y al perdón.
Y perdonarte a ti mismo es la forma de perdón más importante y poderosa que existe.
Sí, has tenido fracasos en tu vida, pero esos errores son los que te han enseñado unas valiosas leccionesque hoy puedes aplicar para convertirte en alguien mejor.
Recuerda que todo pasa, y que ahora debes mirar hacia el futuro con tu mejor sonrisa, y la esperanza de que todo saldrá bien.
Así que relájate, respira, déjalo ir, y sobre todo, sé muy feliz.