La palabra «co» es de origen latín y significa «con». Un co-dependiente sin embargo no es alguien que vuelve a la persona concerniente dependiente, y mucho menos quien por ejemplo toma con ella. El codependiente es un aliado inconsciente de la enfermedad de su familiar o amigo cercano. La complicidad involuntaria del co-dependiente reside en el hecho de proteger al enfermo dependiente de sus efectos y de sus consecuencias, por ejemplo del consumo del alcohol. De esta forma, el co-dependiente permite al dependiente alcohólico hacerse la ilusión de que puede continuar con su comportamiento y no causará ningún problema, de que de alguna manera las cosas estarán bien. Se considera como co-dependiente de un paciente alcohólico toda persona que tome el lugar de su responsabilidad que habría tenido normalmente que enfrentar ya sea en la familia o en el exterior. La codependencia es el hecho de ahorrarle a la persona dependiente las consecuencias de sus comportamientos, decisiones o no elecciones, consumo, etc.
La palabra «codependiente» era usualmente empleada como sinónimo del término «habilitador». Un habilitador es alguien que asiste a los adictos en su dependencia compulsiva tomando la responsabilidad por ellos, elaborando excusas por ellos, o minimizando o negando las repercusiones que puedan tener sus comportamientos disfuncionales.
La designación de «codependencia» surgió originalmente de los grupos Alcohólicos Anónimos, cuando se empezó a entender que el problema de las dificultades del bebedor se entendía mejor en el contexto de la familia y amigos que intentaban ayudar al dependiente.
¿Quién es codependiente?
La codependencia concierne a toda persona que sacrifica su tiempo, su esfuerzo e incluso su dinero para resolver los problemas de otros o salvar a una pareja o amigo. Una persona que es codependiente tendrá tendencia a entrar en relaciones con personas que tienen muchos problemas afectivos, sociales, familiares o financieros. Por consiguiente, además, el codependiente tiende a ignorar los problemas de su propia vida.
Si usted vive con una persona dependiente de una droga como del trabajo, si está usted siempre listo a ir al rescate de un tercero sacrificando así su propio desarrollo, si usted se siente responsable de todos y de todo porque los otros no se sienten responsables de nada, entonces usted puede ser codependiente.
Concretamente, puede tratarse de un cónyuge, de los padres, de los hijos, de los amigos, de la familia, de los colegas de trabajo, de los médicos, de los terapeutas…
Signos y síntomas de la codependencia
• Tendencia a pensar solo en el bienestar del otro, sin tener en cuenta sus propias necesidades.
• Un sentido exagerado de responsabilidad por las acciones de otros.
• Tendencia a confundir amor y lástima, por lo tanto a «amar» a personas a las que pueden sentir lástima y rescatar.
• Tendencia a implicarse con individuos con problemas psicológicos o indisponibles en el plano emocional.
• Tendencia a hacer más de lo que corresponde, todo el tiempo.
• Tendencia a sentirse heridos cuando las personas no reconocen sus esfuerzos.
• Una dependencia insana a las relaciones. El codependiente hará todo para permanecer en la relación, para evitar sentimiento de abandono.
• Necesidad de aprobación y reconocimiento. Existencia que gira alrededor de las necesidades de su pareja y de su propia sed insaciable de amor, reconocimiento y aprobación.
• Necesidad compulsiva de controlar a otros. Existe un intento de regular los sentimientos internos propios a través del control de personas, conductas y situaciones.
• Falta de confianza en sí mismo o/y en otros.
• Dificultad para identificar sentimientos.
• Miedo de ser abandonados.
• Rigidez y dificultad para ajustarse al cambio,
• Problemas de intimidad y límites.
• Enojo crónico.
• Falta de confianza personal en toma de decisiones
• Dependencia en otros y miedo al abandono
• Tendencia a cuidar a «otros» o querer «componerlos»
• Confusión y sentido de insuficiencia.
• Hipersensibilidad a la crítica.
• Rigidez y necesidad de control.
• Búsqueda constante de aprobación y afirmación.
• Creencia de que otros causan o son responsables de sus emociones y elecciones.
• Aislamiento y miedo a las personas, resentimiento a figuras de autoridad.
• Dificultad para disfrutar.
Causas de la codependencia
Si bien todos podemos estar expuestos a entrar en un círculo de codependencia en nuestras relaciones, algunas personas están más riesgo que otras. En específico, el caso de individuos que crecieron en el seno de una familia disfuncional, en el que uno o varios de los miembros ha sido presa de una adicción, alcoholismo, o a otro trastorno psicológico invasivo.
En los casos de las familias cuyos padres son absorbidos por sus problemas y descuidan prestar atención a sus hijos, limitándose a exigirles cubrir sus necesidades y demandas (la de los padres), los hijos de estas familias tienen el reto difícil de aprender que sus propias necesidades son también importantes de atender, y tienen el riesgo de suprimir sus necesidades y volverse adicto a cumplir el rol de alguien atiende a los demás (como funcionaba en su casa con sus padres). Por ejemplo, alguien que creció con un padre drogadicto o alcohólico, o quien experimentó abuso, negligencia emocional, o la inversión del rol padre-hijo (en cuyo caso se espera que el niño cubra las necesidades del padre) puede desarrollar comportamientos codependientes, y estos patrones tiende a repetirse en relaciones de adulto.
También es posible que un mal manejo en la dinámica familiar de la ausencia de uno de los padres, o de las discusiones constantes, o bien de una separación, pueden generar en el futuro problemas de codependencia. En tales familias, es frecuente que muchos de los miembros adopten actitudes y comportamientos inadecuados para responder a tales problemas. Estos problemas, frecuentemente, están en primer plano y sin embargo nunca son abordados de frente. Cuando en las familias existe un rechazo a hacer frente a la realidad y a admitir que es problemática, las verdaderas emociones son reprimidas y los diferentes protagonistas terminan por estar completamente desconectados de sus propios problemas y sentimientos. Los niños que salen de estos medios son aquellos que están más expuestos y en riesgo de presentar problemas relacionales en la edad adulta, cuando sea momento de tener relaciones de pareja.
Tratamiento de la codependencia: psicoterapia
La psicoterapia individual, la terapia de pareja y también la terapia grupal pueden ayudar a las personas a entender por qué compensan en exceso, por qué cubren las necesidades de todos menos las de ellas, o se colocan en el último lugar. El terapeuta puede ayudar a la persona a identificar tendencias codependientes, entender por qué ciertas conductas fueron adoptadas desde un inicio, y desarrollar el amor propio (afirmación) de modo que pueda sanar y transformar viejos patrones ocasionados por problemas no resueltos.
Entre los enfoques que han mostrado ser más efectivos para tratar la codependencia emocional están la terapia sistémica breve, la terapia cognitivo-conductual y elcounseling.
Estos son algunos de los aspectos que se trabajan en el tratamiento de la codependencia:
• Mejorar el cuidado de sí. Las personas con codependencia tienden a concentrarse en las necesidades de los otros, descuidando las suyas propias.
• Establecer límites. Al establecer límites con los demás se fuerza a los demás a aprender a tomar responsabilidad de sus propias vidas facilitando la autosuficiencia. Esto permite también a la persona codependiente invertir más tiempo y energía en sí mismo en lugar de alguien más.
• Diferenciar entre apoyar y reparar. El apoyo incluye escucha empática y dar ánimos. Por el contrario, pretender reparar a alguien es entrometerse y resolver problemas a personas que son capaces de resolverlos por sí mismos.
• Reaprender a ayudar. Es importante confrontar la realidad de que el codependiente lejos de ayudar está ocasionando que la persona dependiente continúe en estado de necesitar ayuda. En cierto sentido, la persona tiene que ayudar «dejando de ayudar» (dejando de hacer lo que ha considerado ayudar y reaprender a hacerlo).
• Aprender de patrones de familia. Existe una educación que es más bien inconsciente, que pasa a través de canales imperceptibles, que también es de suma importancia. Esta enseñanza es involuntaria, y tiene que ver con asuntos pendientes de los padres y que, en la medida en que no los sepan resolver, tenderán a heredarlos a sus hijos (sin poder evitarlo ni quererlo). Identificar los patrones malsanos de codependencia en la familia permite a la persona entender la dinámica familiar que está siendo alimentada y que mantiene en pie las conductas codependientes que se quieren evitar.