Es normal y relativamente frecuente que las personas busquen superarse y mejorar en su manera de ser. Sin embargo, en algunas ocasiones el cambio que se busca es muy profundo, estructural. Es el caso de quienes se plantean cambiar su personalidad completamente. ¿Es posible pasar a ser una persona muy diferente a lo que siempre se ha sido?Artículo relacionado: «Las principales teorías de la personalidad«
Cómo cambiar tu personalidad
La personalidad es por definición algo que se mantiene en el tiempo, que tiende a ser constante. En concreto, es el conjunto de disposiciones psicológicas que nos orientan hacia ciertas dinámicas conductuales y no a otras, y se basa en un componente genético y otro aprendido, que nace de la experiencia.
Sin embargo, tal y como pasa con la mayoría de fenómenos psicológicos, la personalidad no es un elemento impuesto sobre nosotros de manera determinista, sino que podemos influir en ella de maneras sorprendentes. Es prácticamente imposible darle un giro total y pasar a ser algo en lo que no se note absolutamente nada de lo que un día fuimos, pero los cambios radicales son posibles con esfuerzo y tiempo.
Así pues, para cambiar tu personalidad sigue estos consejos.
1. Concreta tus objetivos
La meta de “cambiar mi personalidad” es demasiado abstracta, demasiado ambigua. Si no la divides en diferentes objetivos específicos, te perderás en vaguedades y no realizarás avances significativos.
Por eso, apunta en una hoja de papel cuáles son los aspectos de tu manera de ser que te gustaría cambiar, haciendo un filtrado de prioridades, y céntrate en ello. A fin de cuentas, es absurdo proponerse cambiar totalmente en todos los aspectos de la propia personalidad; hay que apuntar a aquellas áreas que dan problemas o que son percibidas como debilidades.
2. Crea el compromiso
Cada vez que nos pongamos por delante una meta ambiciosa que exige esfuerzo, es bueno asegurarse de que estamos totalmente comprometidos con ello. Una manera de hacerlo es hablarlo con otras personas, para de ese modo crear expectativa y tener más motivos para no desistir.
Generar esta clase de auto-obligaciones resulta muy positivo para alcanzar metas y no tirar la toalla, a pesar de que aparentemente parezca que limita nuestra libertad.
3. Distánciate de tus anteriores fracasos
En muchas ocasiones, uno de los obstáculos que dificultan que alguien modifique a mejor su personalidad es el hecho de que se cae en la trampa de creer que se caerá una y otra vez en el tipo de fracasos en los que se cayó en el pasado.
Es cierto que todos tenemos debilidades que nos caracterizan, pero eso no significa que no podamos armarnos contra esta clase de errores. Con el suficiente esfuerzo y aprendizaje, podemos llegar a desarrollar destrezas extraordinarias. Incluso si no lo hacemos, este simple pensamiento ayuda a dejar de tenerle miedo a esos aspectos de la vida que nunca se nos han dado del todo bien, lo cual sirve para hacer que dejemos de ser tan vulnerables a ellos.
4. Renuncia al qué dirán
Tus cambios en cuando al desarrollo personal solo deberían preocuparte a ti. Está claro que la gente siempre tiene motivos para hablar a las espaldas de uno y de criticar, pero justamente por eso lo que piensen los demás no debería obsesionarnos; nadie nos conoce tan bien como nos conocemos nosotros mismos, y ese es el motivo por el que la inmensa mayoría de apreciaciones y juicios morales que recibimos de los demás no tienen ningún valor.
Ser conscientes de esto, y de que todo el mundo tiene las mismas debilidades por las que nosotros mismos somos capaces de odiarnos en ciertas ocasiones, ayuda a poner las cosas en perspectiva y a no sentirnos condenados a ser siempre los mismos: a nuestro alrededor la gente cambia radicalmente para bien y para mal, y vosotros podemos hacer lo mismo. La cuestión es guiar este cambio para que sea para bien.Quizás te interese: «Consejos para dejar de pensar en lo que los demás piensen de ti«
5. Rodéate de la gente que te inspire
Gran parte del aprendizaje se produce de manera espontánea por el simple hecho de rodearnos de quienes nos dan motivos para mejorar y contenidos sobre los que trabajar para llegar a ser mejores.
Si evitamos caer en la trampa de compararnos constantemente con quienes consideramos los mejores, empezaremos a absorber y a adaptar a nuestra manera de ser esos elementos que consideramos positivos: tener más paciencia, aprender a escuchar y a ponernos en la piel de los otros, ser más creativos al no descartar las ideas más estrambóticas, etc.
6. No asumas tu propia identidad, modifica lo que ya tienes
Es importante no cubrirse de tics que definen la personalidad de los demás, sino desarrollar nuestra propia versión de aquello que queremos llegar a ser. Por ejemplo, si queremos trabajar la autoestima para confiar más en nuestras capacidades, no hay que utilizar de manera impostada las expresiones o el lenguaje corporal de otra persona, sino fijarnos en lo que solemos hacer y realizar correcciones.
Fijarse en uno mismo es un elemento indispensable para ir cambiando la propia personalidad, ya que hay que trabajar con lo que se tiene; hacer ver que somos un folio en blanco solo generará frustración.
7. Introducir pequeños cambios en el día a día
Dedica un tiempo cada día a fijarte en lo que haces y corregirlo sobre la marcha para tender al objetivo deseado. El resto del día, no te preocupes por ello. De esta manera realizarás un trabajo de manera intensiva, mientras que luego no tendrás que esforzarte en ello y podrás recuperarte (lo cual evita que te estreses demasiado).
Poco a poco, la repetición de esos momentos en los que te esfuerzas por cambiar irán haciendo que estos se automaticen, y podrás ampliar poco a poco la ventana temporal que le dedicas a desarrollar una personalidad mejorada.
8. Cuenta con la ayuda de psicólogos
Si es necesario, los psicólogos pueden ayudarte mediante la psicoterapia. El acompañamiento profesional suele ser muy útil para encontrar nuevas estrategias para mejorar y detectar errores que nos habían pasado desapercibidos.