Dicen que el amor es una la fuerza que mueve el mundo. Y lo cierto es que se trata de una de las emociones más poderosas, capaz de hacer que unamos nuestra vida y nuestro camino a los de otra persona.
Pero, sin embargo, a veces el amor también se acaba. Es posible que una pareja no pueda resolver incompatibilidades de carácter o metas vitales, que se produzcan infidelidades y estas no puedan ser perdonadas o, simplemente, que la llama del amor que unía a la pareja acabe por extinguirse o transformarse en algo totalmente distinto a lo que nuestra pareja nos hacía sentir.
En muchos de estos casos los componentes de la pareja pueden decidir que lo mejor podría ser romper la relación o dejarla reposar un tiempo, para o bien reflexionar o bien retomar el propio camino en solitario. Esta ruptura puede tomar muchos nombres, siendo los más conocidos los de separación o divorcio. Pero aunque en ocasiones se habla indistintamente de ellos, lo cierto es que estamos ante dos términos que no son sinónimos. A lo largo de este artículo vamos a hacer una breve definición de cada uno de ellos y a ver las diferencias entre separación y divorcio.
Separación y divorcio: definición básica
Separación y divorcio son dos términos ampliamente conocidos por la mayoría de la población, a menudo estando profundamente vinculados entre sí. Sin embargo, no estamos ante conceptos sinónimos, haciendo cada uno de ellos referencia a una realidad diferente.
Entendemos por separación al proceso mediante el cual se produce la finalización o cese de la vida en pareja, siendo ésta producto de una decisión por parte de ambos componentes (separación de hecho) o bien por vía judicial.
Si bien la separación implica que cada uno de los miembros de una pareja va a pasar a vivir su vida de manera independiente (debiendo pactar la custodia y cuidado de la prole, aspectos vinculados a la vivienda o la división de los bienes, anulándose el régimen económico matrimonial) no implica per se la la disolución de la pareja a nivel legal, siguiendo en la práctica ambos sujetos casados.
La separación implica una situación en que la pareja puede pasar a reconciliarse o bien a divorciarse, siendo por lo general en la actualidad un período en que sus miembros terminan de decidir si intentan volver o cesan por completo su relación.
En lo que respecta al divorcio, se conoce como tal el proceso mediante el que los miembros de la pareja extinguen por completo su unión conyugal, de tal manera que se pone un final a al matrimonio y tras finalizar el proceso dejan de estar casados. Si bien en el pasado era necesario que ambos cónyuges acordaran este pase, en la actualidad sólo es necesario que uno de ellos lo requiera y no precisándose del acuerdo del otro para finalizar su vinculación legal.
Ahora bien, sí será necesario el establecimiento, sea de mutuo acuerdo o por vía judicial, de aspectos como la custodia, cuidado y manutención de los hijos, el régimen de visitas para quien no posea la custodia o la repartición de los bienes en caso de mantener un régimen de gananciales.
En la práctica, ambos conceptos tienen muchos aspectos en común: por lo general en ambos casos se produce una disolución de una relación de pareja, así como el cese del régimen de bienes compartidos y gananciales, la eliminación de poderes tales como la posibilidad de herencia o donación y derechos con respecto y la toma de diferentes tipos de medidas legales con respecto a la custodia, manutención y cuidado de hijos y seres en situación de dependencia.
De hecho, históricamente han estado tan vinculados que en España, hasta 2005, por tal de poder divorciarse era requisito necesario el haber estado separados. Pero tal y como se puede deducir por sus descripciones, existen diferencias que los diferencian entre sí.
Diferencias entre separación y divorcio
1. Extinción del matrimonio
La principal y más notoria diferencia entre separación y divorcio hace referencia al tipo de vínculo que dicha ruptura implica.
Mientras que en la separación hacemos referencia únicamente al cese de la convivencia y la vida en común (teniendo si es por vía judicial efectos legales sobre los bienes, custodia de hijos, mascotas y personas dependientes y sobre la posibilidad de herencia) sin que por ello ambos sujetos dejen de estar casados, en el caso del divorcio se cesa por completo la unión matrimonial, dejando ambos sujetos de estar unidos legalmente con todo lo que ello implica.
2. Reversibilidad
Una segunda diferencia entre separación y divorcio lo encontramos en la reversibilidad del proceso. El divorcio implica una disolución del matrimonio totalmente irreversible aún en caso de reconciliación, siendo la única alternativa legal la de volver a casarse. La separación por el contrario no extingue el vínculo matrimonial, con lo que en caso de reconciliación la pareja seguiría estando legalmente unida y podría reinstaurar los derechos previos y el estado legal previo a su separación tras habérselo notificado al juez.
3. Volver a contraer matrimonio
Otra diferencia, directamente derivada de la anterior, es la posibilidad de volver a contraer matrimonio con otra persona. En el caso del divorcio el vínculo legal que unía a las personas se ha disuelto, pudiendo volver a casarse con otras personas si así lo desean. Sin embargo, cuando hablamos de separación no se ha dado una desvinculación entre los esponsales, de tal modo que siguen legalmente casados y no pueden volver a casarse (o de lo contrario se estaría cometiendo bigamia).
4. Uno no implica necesariamente lo otro
Si bien puede parecer extraño y generalmente cuando se produce un divorcio también viene de la mano la separación, lo cierto es que una cosa no implica necesariamente la otra: es posible que una pareja se separe (incluso legalmente) sin divorciarse por ejemplo porque aún no saben si reconciliarse o divorciarse, así como también el menos frecuente hecho de que aunque la pareja se divorcie legalmente, en la práctica puedan seguir viviendo juntos sin separarse (más allá de la separación legal y el cese de los derechos propios de la unión matrimonial).
5. Disponibilidad
Otra diferencia la podemos encontrar en el hecho de que exista la posibilidad de recurrir al procedimiento en cuestión. Y es que si bien hoy en día en la mayoría de países es posible divorciarse aún existen algunos países en que el divorcio no es legal, como Filipinas y el Vaticano. En estos lugares, la separación es la única opción posible para aquellas parejas que ya no quieren continuar juntas, debiendo ser además una separación de hecho.
6. Diferencia en el uso del término: existencia o no de efectos a nivel legal
Una posible diferencia entre separación y divorcio proviene del uso coloquial del primero de los términos, no siendo en realidad una diferencia si estamos hablando de una separación legal.
Y es que cuando hablamos de separación en muchos casos estamos hablando de una separación de hecho, en que ambas personas pactan dejar de verse por un tiempo indeterminado sin que por ello exista ningún tipo de intervención judicial y en el que no tendría porqué existir una afectación a nivel legal.
Esto sería una diferencia con el término divorcio, en el que siempre hablamos de la extinción de un vínculo matrimonial en el que hay efectos a nivel legal. Ahora bien, también existe la separación como procedimiento judicial, en que sí mediarían las instituciones jurídicas y que tendrían un efecto legal aplicable a aspectos como los bienes y la custodia de los hijos. Así pues, esta diferencia no es tal salvo en el concepto más genérico en que se emplea el término de separación.