El maltrato físico es un problema con el que la sociedad actual se ha ido sensibilizando cada vez más, debido en gran parte a las diferentes campañas destinadas a su prevención. Por otro lado, parece que el tema del abuso psicológico está quedando en un segundo plano, quizá porque no implica una amenaza directa para la salud del afectado y además resulta más difícil de identificar. El hecho de que algunos componentes del maltrato psicológico llegan a percibirse como algo relativamente normal por la sociedad, también dificulta su detección temprana.
De este modo, muchas personas no son conscientes de que están siendo víctimas de maltrato psicológico o que lo están ejerciendo sobre sus parejas. No obstante, este tipo de violencia puede causar secuelas psicológicas graves en quien lo sufre, dado que tiene un impacto importante en la persona, provocando problemas de autoestima, sentimientos de inferioridad, culpa, ansiedad, irritabilidad, depresión, incluso trastorno por estrés postraumático, etc. De hecho, diferentes estudios apuntan a que dicho impacto suele ser igual o mayor al causado por el maltrato físico.
¿EN QUÉ CONSISTE EL MALTRATO PSICOLÓGICO?
«El amor es el olvido del yo». Con estas palabras Henri Amiel describía uno de los sentimientos más poderosos y ansiados, obviando el hecho que cuando se está enamorado, el amor propio suele quedar en un segundo plano. Algo, que tristemente podemos acabar pagando con nuestra dignidad, integridad personal y equilibrio emocional, porque resulta que dar no siempre implica recibir. Y porque hay formas de ¨amar¨ que lejos de ser altruistas, consiguen anularnos como personas. A continuación, vamos a ver las manifestaciones más comunes del maltrato psicológico.
Una de las más características es el control excesivo. En este caso el agresor trata de ejercer control sobra la forma de relacionarse y comportarse de la pareja, imponiendo su opinión en cuanto a la forma de vestir de esta, sus horarios, las personas que deben formar parte de su círculo más cercano, etc. A menudo esta forma de maltrato es motivada por los celos y llevada a cabo mediante el control de los medios de comunicación de la víctima, revisando sus mensajes o comentarios en las redes sociales.
Por otro lado, tenemos el control financiero que consiste en restringir el acceso del cónyuge al dinero común, de modo que este tenga que justificar sus gastos y pedir permiso cada vez que necesite dinero. La persona que ejerce el maltrato puede establecer premios o castigos monetarios en función de la conducta de su pareja o prohibirle que trabaje, incluso cuando es necesario para el porvenir de la familia. De este modo se consigue generar dependencia en la victima y someterla, dificultando su emancipación.
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Otra de las formas que adopta el maltrato psicológico es el abuso verbal. Se trata de humillar o rebajar a la pareja mediante el empleo de insultos o comentarios sarcásticos que acaban desvalorándola. Burlarse de sus ideas y creencias o ponerla en evidencia en público, de modo que esta es descalificada y ridiculizada, son otras de sus expresiones. El maltratador también puede servirse de amenazas que suelen estar relacionadas con suicidarse, hacer daño a seres queridos por víctima, separarse de ella, llevarse a los hijos, etc.
Además, puede tratar de intimidar a la pareja mediante el empleo de gestos amenazantes, gritos, enseñar armas o atentar contra sus propiedades, etc. Y para disminuir la probabilidad de que la víctima solicite ayuda, suele intentar aislarla, empujándola a reducir el contacto con el círculo de amistades y la familia. Normalmente, procura que queden los dos solos cada vez más a menudo, contando que con el tiempo las relaciones con otras personas se irán desvaneciendo. Así, con frecuencia la parte afectada acaba encontrándose sola y sin apoyo.
Por último, podemos decir que los comportamientos característicos del abuso emocional están encaminados a demostrar a la víctima que es incapaz de cumplir con sus roles de madre, esposa, profesionales, etc. Las decisiones importantes son tomadas por el agresor, sin tener en cuenta la opinión de la otra parte, como forma de exhibir su superioridad. Es importante señalar que el maltrato psicológico no precede necesariamente al físico, sin embargo, es igual de alarmante, sobre todo cuando se ejerce de forma sistemática.
Maltrato psicológico en pareja
Esto ocurre con más facilidad cuando la víctima trata de negar lo sucedido o justificar el agresor, asumiendo la culpa de su comportamiento. En ocasiones, cuando no empatiza con el maltratador, puede decidir no comunicar su situación, debido a la imposibilidad de defenderse. Dada la gravedad del problema, es recomendable buscar ayuda psicológica para minimizar las secuelas del abuso, restablecer la estabilidad emocional y recuperar el autoestima. Esperamos que este artículo sobre el maltrato psicológico en la pareja os permita identificar más fácilmente sus manifestaciones y evitarlas.