La mentira es uno de los hechos que más frustración produce en las relaciones personales. Sin embargo, el engaño que más nos duele es aquel que nos imponemos a nosotros mismos por miedo a abrir los ojos a la realidad. Convives contigo mismo las veinticuatro horas del día, por esta razón, cuando te condicionas con una visión distorsionada de la realidad caminas sobre un suelo poco firme. Así ocurre, por ejemplo, en las falsas esperanzas del amor no correspondido. En este artículo te respondo a esta pregunta: ¿cómo dejar de engañarse a uno mismo? Te ayudamos a afrontar la verdad de una situación que te cuesta asumir tal y como es pero que te genera tanto desgaste psicológico.
10 consejos para dejar de engañarte a ti mismo
Observa la realidad. Por mucho que te esfuerces en que las cosas sean de una determinada manera, no puedes imponer tu voluntad al fluir de la realidad en sí misma. Eso significa que en más de una ocasión, si estás viviendo una situación de este tipo, vas a sufrir el dolor y la amargura de la ruptura constante de expectativas. Sencillamente, porque la realidad impone su propia voz.
«La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre» un mensaje de Friedrich Nietzsche. Esta reflexión aplicada al contexto concreto de las falsas esperanzas es totalmente cierta. Ya que prolonga la agonía de quien espera algo que nunca llega. Por tanto, aunque la esperanza es un sentimiento muy positivo, llega un momento en el que, en determinado contexto, pierde su significado. Es decir, si una situación te hace sufrir de manera recurrente, tal vez deberías reflexionar sobre un cambio de actitud.
Escucha los consejos de los demás. La realidad no acaba con tu punto de vista. Aquellas personas que te conocen y que saben tu situación observan detalles externos que pueden complementar tu propia mirada. Tal vez te resulte incómodo escuchar ciertas palabras, sin embargo, más allá de la incomodidad intenta observar qué hay de verdad en esas observaciones que proceden de personas que no quieren desilusionarte sin ninguna razón.
Madurez. La vida no siempre es justa y no siempre consigues lo que te propones. A partir de esta premisa realista, asume la realidad tal y como es. Asumir significa tener la madurez de aceptar una situación que rompe con el propio deseo personal.
Deja de contarte cuentos a ti mismo, deja de adornar la realidad con detalles subjetivos. Describe las razones objetivas que te han traído a esta situación. Para ello, no te centres en interpretaciones sino en cómo han sido las cosas de un modo observable.
¿Qué excusas te pones? Cuando somos víctimas de un autoengaño nos marcamos pretextos para justificar una realidad que no es tal. Por esta razón, un paso que te va a permitir avanzar es identificar cuál es esa justificación que tú te das para seguir en este punto.
Intenta tomar distancia de ese asunto. Intenta apartarlo de tu mente durante unos días. Haz un viaje, por ejemplo. Ocupa tu tiempo en otros asuntos. ¿Por qué es tan importante esta distancia? Porque te ayuda a ganar objetividad emocional.
Llora si lo necesitas. Desahógate. Pero no pospongas la decepción por miedo afrontar esa realidad ya que cuanto más pospones un hecho determinado, más sufres.
Mírate al espejo con satisfacción. Mantén la mirada ante esa imagen. Mereces ser sincero contigo mismo.
¿Cuáles son tus creencias? Por ejemplo, algunas personas se autoengañan ante una realidad porque ponen su propio valor en sus resultados externos. En ese caso, cambia tus creencias ya que tú eres un ser inmenso en dignidad al margen de que un fracaso o un desamor llegue a tu vida.
Es importante que sepas quién eres y qué quieres de la vida, por eso, en este otro artículo de Psicología-Online te damos algunos consejos para que aprendas a encontrarte a ti mismo.
Cómo dejar de engañarse a uno mismo – 10 consejos para dejar de engañarte a ti mismo
Evitar el sufrimiento de engañarse a uno mismo
Parece una paradoja pero, curiosamente, aquel que se autoengaña se pone un escudo protector frente a una realidad que le duele. Sin embargo, lo cierto es que el sufrimiento no nace de la realidad en sí misma, sino de ese autoengaño. Es decir, de aquello a lo que te resistes.
Existe una diferencia importante entre el dolor y el sufrimiento. Una noticia puede causarte el dolor natural de producirte una decepción. Sin embargo, el sufrimiento es la actitud repetida que adoptas cuando te niegas a avanzar. Desde un punto de vista metafórico, el autoengaño es algo similar a tropezar mil veces en la misma piedra. Necesitas ampliar tu mirada para identificar qué hay más allá de ese punto negro.
Mereces ser honesto contigo mismo. Mereces regalarte este acto de amor hacia ti. Deja de lado todos los futuros posibles que son los que te mantienen atado a las falsas esperanzas. Deja de lado el «¿y si?» que produce en tu mente un efecto de duda. Es evidente que el futuro todavía está por escribirse, sin embargo, generalmente, existe una coherencia entre presente y futuro. Por tanto, si en el presente tienes muchas pistas que te indican que una situación no es posible, eso no va a cambiar de forma sencilla por arte de magia.
Cómo afrontar una situación de autoengaño y aceptar la verdad
Es positivo caer en el hartazgo personal en una situación de este tipo. Es importante que pongas en práctica el amor propio de querer dejar de estar en esta situación que solo te aporta sufrimiento. Esas falsas esperanzas solo te producen leves espejismos de alegría, frente al lastre de las toneladas de decepción que vives a diario. Por tanto, afronta la situación cuanto antes.
Si, por ejemplo, hace tiempo que quieres saber qué siente por ti una persona porque la duda solo te hace sufrir, valora el paso de tomar la iniciativa. ¿Cómo dejar de engañarse a uno mismo? Haciendo un acto de valentía y asumiendo las consecuencias porque nada es tan doloroso como el propio autoengaño que te lleva a perder tu rol protagonista en tu propia vida.
Puedes ser feliz aunque aquello que tanto anhelas no se produzca. Este es el aprendizaje que vas a descubrir si te das la oportunidad de pasar página.