Todo el mundo quiere el amor, querer y sentirse querido. El Amor es una de las pocas cosas en la vida que puede generar las más absoluta satisfacción, crear un intenso placer y, al mismo tiempo, un gran dolor. Tiene el poder de ponerlo todo en las nubes o de pronto sumergirlo en un profundo agujero negro. Por ello, cuando las cosas se tuercen y comienzan los problemas, ¿qué podemos aprender de ello? Y sobre todo, cómo superar una crisis de pareja cuando todo parece haberse estropeado.
- UNA CRISIS DE PAREJA ES COSA DE DOS
No importa cuánto sepamos y hayamos leído sobre el amor; cuánta teoría o experiencia hayamos acumulado. A la hora de la verdad, parece que aún estamos tratando de averiguar las misteriosas claves. Las crisis de pareja, los conflictos y las dificultades que gran parte de la sociedad padece en el mundo de las relaciones, son una realidad presente que la gran mayoría de las personas hemos experimentado alguna vez en la vida.
Si bien es cierto que todo el mundo busca el amor, al parecer lo que verdaderamente ocurre es que por encima de todo las personas quieren sentirse amadas. Pero para que una relación funcione y podamos saber qué hay que hacer, debemos entender que es algo recíproco. Hay dos partes: una cosa es ser amado y otra bien distinta es amar. Ambas son necesarias, pero no te olvides de algo: es muy fácil ser amado, pero mucho más difícil es saber amar (si te gustan las frases de amor, te dejo unas cuantas en un reciente artículo que he publicado).
En algún momento todos hemos sido amados, pero eso no significa que sepamos amar. Nuestra experiencia con el amor viene condicionada por el que hayamos recibido desde niños (es decir, cuando hemos sido amados por nuestros padres sin tener que hacer nada). Esa breve fase de amor incondicional, en donde los padres están ahí siempre presentes para que nos cuiden, nos den el cariño y el amor. Con ese tipo de afecto siempre podemos pedir y esperar algo sin dar nada a cambio; están ahí para escucharnos, entretenernos, divertirnos, darnos de comer, recoger todo y mimarnos.
En realidad esa relación no es recíproca: uno da y el otro recibe. El amor (ma)paterno da y cuida, no lleva la cuenta de lo que recibe, no se enfada si no recibe algo de vuelta; no exige, porque no espera nada a cambio; no tiene expectativas, ni condiciones.
Ese es el concepto de amor que, de forma inconsciente, muchas personas siguen buscando: alguien que me quiera, que me acepte incondicionalmente, que me entienda, alguien que me cuide. Un concepto de amor (ma)paterno, alguien que nos quiera como un día nos quisieron nuestros padres. ¿Cómo no van a haber crisis de pareja?
Fíjate: cuando preguntan a una persona ¿tu qué quieres de tu pareja?, la respuesta suele ser siempre yo quiero a alguien que me haga reír, alguien que me haga feliz, alguien que me cuide, alguien que… ¡La lista de demandas sigue y a veces es interminable! Es dame, dame y dame. Es lo que en el libro Un lugar llamado destino llamo el amor de bebé.
Así que más que buscar soluciones para parejas en crisis, creo que es fundamental entender todo esto que te acabo de explicar. En el fondo, no se trata de poner únicamente el foco en aquello que está haciendo mal la otra persona, sino analizar qué parte de corresponsabilidad tienes tú.
Una vez hagas ese trabajo personal, podrías tener en cuenta estos consejos:
2.1 Cómo superar una crisis de pareja: 4 consejos para empezar
- a) Pregúntate si no estás buscando fuera algo que debería estar dentro de ti
Más que una pareja parece que estemos buscando a alguien que arregle y de sentido a toda nuestra vida. Parece más bien un amenazador reto, una enorme responsabilidad o un examen a superar por la otra persona. Es como decir soy infeliz, mi vida es un desastre y es tu responsabilidad arreglarme y hacerme feliz para que mi vida por fin sea perfecta. Ponte en el lugar de la otra persona por un instante: ¿no crees que es una carga poco atractiva y demasiado grande para cualquier hombre y/o mujer?
Cuando una relación comienza con una vara de medir, con una comparación anterior, con unas condiciones, unas expectativas (a veces desproporcionadas), normas o creencias estrictas sobre cómo tiene que ser la relación, entonces falta espacio para la comprensión. La relación de pareja comienza estrangulada por los requisitos a cumplir y estará repleta de constantes decepciones por esas expectativas incumplidas. Y también recuerda una cosa: buscar pareja desde el apego, difícilmente podrá convertirse en una relación que fluya.
- b) No demonices a la otra persona (una relación es cosa de dos)
Entonces cuando las cosas no funcionan como esperábamos, surge de nuevo una crisis de pareja. El miedo al fracaso se adueña de nosotros, reaccionamos desde el miedo, intentamos recuperar el control y lo hacemos de la peor forma: culpando a la otra persona (lo cual nos aleja aún más).
¿Cuántas personas conoces que se culpan a sí mismas de que una relación no haya funcionado? Muy pocas. La gran mayoría siempre culpa o demoniza a la otra parte, ya que el ser humano tiene la necesidad de sentirse inocente: yo no he sido, no es por mi culpa, es del otro. Pero una relación es cosa de dos y cada uno debe asumir su responsabilidad.
En ocasiones, parece que hemos comprado la idea de que una vez que encontremos a la persona que creemos que es perfecta para nosotros, la persona que por fin encaja en nuestra vida y nuestra forma de ser, entonces todo será fácil y todo fluirá.
Ese es justo el momento en el que se acaban las películas románticas. Sin embargo, ahí es donde comienza el verdadero trabajo de conocerse, adaptarse. Es el momento donde la comprensión y la flexibilidad son fundamentales, porque las ideas rígidas sobre cómo debe ser una relación acabarán con todas las posibilidades. Porque si alguien es intransigente con ciertas condiciones, si quiere imponer unas normas exactas, esa imposición asfixiará la relación.
- c) Sé más flexible
En donde si hay que ser firmes es en los valores, en los principios, en el respeto de las creencias, en lo que cada uno considera realmente importante en su vida. Si tus valores no se tienen en cuenta o no se respetan, estarás faltando al respeto a tu propia esencia y a tu integridad. Sin duda, estarás sacrificando algo sagrado para ti y nada puede florecer desde ahí.
Sin embargo, cuando alguien respeta y honra tus valores, te sientes más seguro, comprendido y respetado como persona. Desde ahí todo puede crecer. Respétate y hazte respetar, y abandona la necesidad de imponerte y tener razón.
Son infinitos los detalles para que una relación funcione o los consejos para saber cómo superar una crisis de pareja. Pero ante todo, es necesaria mucha (y buena) comunicación y grandes dosis de flexibilidad. Ambas juntas generan el espacio para el respeto y la comprensión, para encajar las diferencias e ir acoplándose mutuamente. Por supuesto también para comprender las necesidades de ambos, seguir conociéndose y creciendo juntos.
Si queremos que una relación funcione, cada uno debe mirarse a sí mismo y funcionar de manera independiente; sentirnos completos, estar bien con uno mismo sin dependencias emocionales, en vez de esperar que aparezca alguien en nuestra vida y que de pronto todo sea perfecto. Trabaja en tu desarrollo personal para estar bien contigo mismo. No lo olvides: si no estás bien contigo mismo, ¿por qué lo va a estar otra persona contigo?
- d) Hombres y mujeres necesitan cosas distintas
Pero si hay algo que nos diferencia de manera profunda a hombres y mujeres son nuestras necesidades. Sobre todo, en lo que se refiere a las relaciones de pareja. Las necesidades de los hombres y las mujeres son muy distintas, y es algo que todos tenemos que comprender y aprender.
Tendemos a pensar que nuestras necesidades también son las de la otra persona, y nada queda más lejos de la realidad. Así que creo que debemos preguntarnos y procurar definir qué es lo que quieren las mujeres y qué es lo que quieren los hombres; cuáles son sus necesidades.
Y aunque todos somos distintos, todos tenemos algunas necesidades básicas en común, pero a la vez para poder tener relaciones más sanas, debemos comprender esas diferencias.