En nuestro afán por seguir con una labor de divulgación en psicología, esta semana hablaremos sobre qué es el trastorno obsesivo compulsivo (para abreviar lo llamaremos TOC de aquí en adelante). Pese a que este artículo ofrece información sobre este problema no pretende explicarlo todo, por lo que si después de leerlo tienes dudas lo mejor será preguntar a un terapeuta para una aclaración o sobre aquellos los aspectos que no entiendas acerca de este tema.
¿QUÉ ES EL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO (TOC)?
El trastorno obsesivo compulsivo es uno de los trastornos de ansiedad más frecuentes, de hecho, se estima que alrededor del 2% o 3% de la población padece algún tipo de TOC. Este trastorno suele desarrollarse durante la adolescencia, aunque también hay personas que lo manifiestan en la infancia. Aunque no todas las personas que lo padecen buscan tratamiento, este problema genera mucha ansiedad, conlleva una discapacidad significativa y afecta considerablemente a la calidad de vida de la persona que lo sufre.
El TOC se caracteriza por obsesiones recurrentes, rumiaciones y pensamientos persistentes, impulsos o imágenes mentales sin control, que generan mucha ansiedad. Con el objetivo de disminuir este malestar la persona tiende a comportamientos repetitivos o compulsiones que sabe que son absurdos, pero no puede parar de hacerlos. Sin embargo, no puede considerarse un problema obsesivo si no consume un tiempo excesivo o acarrea problemas en la vida de quien lo padece, de esta forma, estos criterios son indispensables para que podamos hablar de “Trastorno Obsesivo-compulsivo”.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DEL TOC?
En relación con el componente “obsesivo”, nos referiríamos a simples pensamientos, suelen ser repetitivos e insistentes, es decir, vienen una y otra vez; un ejemplo de esto sería “podría enfermar terriblemente” o “me podría contaminar”. También, estas obsesiones podrían adoptar la forma de imágenes mentales, por ejemplo, “la visualización” de uno mismo muriéndose de dicha enfermedad. Entre las áreas más comunes los temas de obsesión más habituales son las relacionadas con la agresión, la contaminación, la simetría o el orden, el sexo y la religión.
Por otra parte, con lo de “compulsivo” no nos referimos a que sea mucho más grave o más obsesivo de lo normal, solamente hacemos referencia a que el sujeto hace algo para contrarrestar la obsesión con el objetivo de calmar su ansiedad. Por ejemplo, si se trata de abrir el pomo de una puerta, la obsesión podría ser “si no la abro con una secuencia determinada podría ocurrir algo horrible”, de esta forma, la compulsión consistiría en repetir dicha secuencia para abrir la puerta hasta quedar satisfecho. Entre las compulsiones más frecuentes encontraríamos la comprobación, el lavado y la repetición.
Como hemos comentado, este desorden de ansiedad es bastante grave y lo normal es que los trastornos obsesivos se cronifiquen y ocupen cada vez más tiempo en la vida del sujeto, especialmente si no se tratan. Es habitual que en los casos en los que la persona ha vivido muchos años con el TOC su vida laboral, social o familiar estén afectadas. Asimismo, estas personas sufren muchísimo ya que son plenamente conscientes de que estos comportamientos son exagerados o irracionales, pero son incapaces de pararlos.
La recomendación profesional es acudir al psicólogo en el momento en que se advierta la presencia de alguno de estos síntomas para evitar que el problema se cronifique.