Probablemente resulte conocido el hecho de que la emisión en los medios de determinados tipos de información facilitada que aparezca un efecto llamada, incrementando la probabilidad de la emisión de una conducta. Ello es visible por ejemplo en situaciones como la violencia, algunos crímenes o el suicidio.
Sin embargo también ocurre el fenómeno contrario: la emisión de modelos de conducta y perspectivas de vida prosociales, positivas o esperanzadoras (siempre y cuando se perciban como realistas y hagan reflexionar) suelen generar también cierto nivel de imitación que puede tener un efecto preventivo de determinadas conductas.
Esto último es lo que ocurre en el caso del llamado efecto Papageno, del que vamos a hablar a lo largo de este artículo.
Se denomina efecto Papageno al fenómeno mediante el cual la exposición a modelos de conducta y a ejemplos de personas que inicialmente han pretendido quitarse la vida pero que finalmente han renunciado a dicha idea y superado las crisis, la angustia o las dificultades que se los provocaron genere en el espectador un efecto preventivo del suicidio.
Ello se produce también cuando aunque no se haya manifestado una intención suicida, se percibe que una persona que ha sufrido grandes dificultades vitales o eventos traumáticos parecidos al propio han conseguido salir adelante y afrontar la situación con éxito y de manera positiva.
Se trata de hallar un referente, un modelo que enseñe que pese a las dificultades siempre pueden hallarse alternativas, algo mucho más profundo y entendible cuando se percibe que quien lo dice realmente ha pasado por una situación semejante a la propia y ha conseguido superarla, a veces incluso pudiendo ayudar al espectador a generar sus propias estrategias de superación o a intentar replicar la mostrada en los medios.
Si bien este fenómeno aparece ante la observación de ejemplos de situaciones semejantes, puede potenciar el efecto el hecho de que la persona que lo narre sea creíble e inspire confianza, siendo de utilidad la exposición de casos de personas que sean referentes y con quien el sujeto sienta algún tipo de identificación. En este sentido puede ser de utilidad la exposición de personajes reconocidos y queridos, ídolos e iconos para la persona en cuestión.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que también es posible que si quién cuenta su historia es una celebridad también es posible que aparezca el pensamiento de que existen diferencias entre dicha persona y el sujeto espectador (por ejemplo la capacidad económica), pudiendo en este sentido ser más productivo la emisión de casos con los que el sujeto pueda tener una mayor identificación.
El importante papel de los medios
El hecho de que los medios de comunicación tienen un gran poder es algo que resulta ampliamente conocido, siendo esto algo que a lo largo de la historia ha sido utilizado a menudo tanto para ayudar a la sociedad (siendo una ventana abierta al mundo que nos rodea y ayudando a propagar valores una visión flexible de la realidad y prosociales) como para obtener algún tipo de beneficio o incluso para manipular a la población.
Y no es sólo el hecho de mostrar información, sino el cómo se hace o incluso el tipo de información que se emite, lo que puede influir tanto de forma directa como indirecta sobre nuestra forma de pensar.
En el caso del efecto Papageno, resulta imprescindible tener en cuenta que con tal de despertarlo no bastará con mostrar únicamente el hecho de que una persona no se ha suicidado, sino que lo que verdaderamente protege y previene el suicidio es el hecho de mostrar el cómo ha podido superar sus dificultades el sujeto. Resulta fundamental centrarse en la existencia de alternativas.
El caso inverso: el efecto Werther
Si bien los medios tienen una poderosa influencia a la hora de prevenir el suicidio, se debe tener una gran precaución con el tipo de casos que se emiten y cómo se emiten.
Y es que como comentábamos al principio del artículo también se ha observado que la emisión de casos de suicidio consumado (especialmente en el caso de personas altamente queridas por la sociedad), pueden generar una facilitación del suicidio en algunas personas. Se trata del efecto Werther.
Siempre se ha vigilar no presentar el suicidio como algo positivo o como un medio ni emplear sensacionalismos, y en caso de emitir casos de suicidios consumados limitar los detalles (evitar lo escabroso, no mostrar imágenes…), no culpabilizar y no emplear una postura moralista.