La anorexia sexual o anafrodisia se caracteriza por no sólo la inapetencia sexual, sino por el odio hacia la sexualidad y todo lo relacionado hacia el sexo, se aleja de éste y son personas obsesionadas con evitar el sexo. Estas conductas les pueden provocar malas relaciones con la pareja especialmente, pero también afectar en otros ámbitos, ya sea familiar como social o laboral, aunque no siempre. Suele darse en ambos sexos, aunque suele observarse especialmente en el hombre.
¿Qué es?
Patrick J. Carnes fue uno de los pioneros en diagnosticar este trastorno, quién lo define como “un estado obsesivo en el cual la tarea física, emocional y mental de evitar el sexo domina la vida de alguien”. Escribió el libro “Anorexia sexual: como vencer el miedo a la propia sexualidad”, focalizando que los pacientes suelen tener miedo a las relaciones sexuales, rechazando completamente las relaciones sexuales con otras personas, incluso consigo mismos.
La persona se niega a mantener relaciones sexuales, especialmente con penetración, dificultando la intimidad con la pareja, y también el contacto emocional. La falta de comunicación, de interés, o simplemente, el pudor, vergüenza o miedo que puede suscitarle le pueden llevar a estados poco normales, con constante apatía, negatividad, introversión y por supuesto, rechazo a la intimidad.
Por supuesto, una persona que padece anorexia sexual no tiene por qué padecerla en otros aspectos de su vida, ya que puede ser perfectamente normal con la familia, amistades y otros tipos de relaciones. Puede perfectamente ir a comer a un restaurante, salir con las amistades, hacer una vida normalizada, exceptuando la parte sexual, ya sea desde lo que es el propio reconocimiento de su placer sexualidad, la negatividad al placer, ya sea de forma individualizada como compartida.
Asimismo, el no sentirse atraído por cualquier persona, el no querer tener relaciones sexuales por motivos de salud, el haber dejado de sentir atracción por la pareja amorosa sexual actual o anterior, no implican anorexia sexual. Sólo si le ocasiona estrés a la persona, se considera un trastorno, ya que si no es así, no es anorexia.
Causas y características de las personas con anorexia sexual
Son personas muy exigentes, obsesivas y perfeccionistas consigo mismas y con los demás. Es posible que hayan sufrido abuso sexual en la infancia o de adultos, o hayan sido víctimas de malos tratos y/o de violencia de género, así como provenir de familias poco afectuosas, con cuadros de adicción o conductas auto destructivas.
Una educación muy estricta sobre la sexualidad, ya sea desde la escuela, culturales, la religión o la propia familia, es lo que suele determinar de forma más relevante la anorexia sexual en personas de ambos sexos. De forma biológica, es posible que las causas sean de origen biológico, como la baja testosterona (en ambos sexos), bajo nivel de estrógenos, hipotiroidismo, niveles bajos de la hormona prolactina, fracturas del pene, trastornos en los espermatozoides, etc Algunas cirugías genitales o de otra región corporal dolorosas, cirugías mamarias, la menopausia, y algunos trastornos sexuales como los trastornos de erección y vaginismo, pueden ser causas de padecer anorexia sexual, así como algunos trastornos mentales, como el trastorno obsesivo compulsivo, la anorexia nerviosa, el trastorno bipolar y el trastorno depresivo, entre otros, además de las conductas autodestructivas. Un exceso de estrés, la falta de liberación de norepirefrina y cortisol, también influyen.
Algunos fármacos pueden ocasionar efectos secundarios, por ejemplo, antidepresivos o hipertensivos, así como de algunos métodos anticonceptivos, como la píldora sexual, el diu, el anillo vaginal, y todos los métodos que puedan contener hormonas.
Suelen padecer distorsiones sobre el posible cuerpo, desconociendo su propio placer sexual y otras funciones, teniendo miedo a ser rechazados, haber sido rígidos acerca la sexualidad y comportamiento en general, teniendo miedo a ser sinceros con los demás. También es posible que se hayan aburrido del sexo por la rutina sexual, y tengan dudas obsesivas sobre la sexualidad, especialmente por lo que se considera dentro de los límites de la normalidad y funcionamiento de algunos de los órganos, así como miedo a poder contraer una infección de transmisión sexual, o haberla contraído anteriormente. Las experiencias traumáticas sexuales y/o relaciones sexuales dolorosas son también desencadenantes de la anorexia sexual.
Suele detectarse una pobreza de la expresión emocional, la dificultad de expresar sus deseos sexuales, negación del propio placer o amor, y el sentirse poco agraciados físicamente suele influir. Muchas veces se sienten atraídos por personas que están comprometidas o tienen pareja amorosa sexual.
La baja autoestima propia, los pensamientos negativos, la indecisión, repentina desmotivación, desechar rápidamente decisiones que impliquen un riesgo saludable, es decir, salir de la zona confort de esta situación, así como, de forma desmedida, intelectualizar, observar estrategias de distanciamiento (evitar citas, amistades íntimas, comportarse de forma grandiosa o inferior, retraerse o aislarse de la pareja, etc)
Suelen preocuparse de forma excesiva por actividades familiares o el cuidado de los hijos, así como posiblemente sobre el trabajo. También pueden estar o haber sido expuestos de forma continua a una sobreprotección familiar. Puede que hayan padecido la muerte de algún miembro familiar. Tienen miedo a divertirse con los demás, así como al posible rechazo social, así como miedo o resentimiento hacia los que son socialmente activos. Se sienten incómodos con la pareja. Tienen miedo de sentirse incomprendidos con el entorno, no sentirse aceptado/a de forma adecuada, encerrándose demasiado en sí mismo/as para evitar ser herido/as nuevamente, utilizando mecanismos de seguridad como mantener secretos, pretender estar ocupados todo el tiempo, etc
Puede que desarrollen adicciones a drogas, especialmente alcohol, o que éstas sean la causa de la anorexia sexual. La obsesión desmedida por el trabajo (work alcoholic), la preocupación excesiva por actividades familiares o el cuidado de los hijos, endeudamiento económico, ahorro excesivo, tv, internet, etc
Posibles consecuencias
Las malas conductas hacia la sexualidad conducen a malas relaciones amorosas, ya que no siempre ambos miembros están en la misma posición o tiene la misma ideología: no permiten la intimidad con otra persona, negación a las relaciones sexuales, aunque estén enamorados, expresan rechazo o evitación a todo tipo de sexualidad (aversión, miedo, preocupación excesiva, vergüenza, asco…)
Odian su propio cuerpo, no se gustan, lo encuentran repugnante, pueden padecer un trastorno corporal dismórfico, sienten culpa y vergüenza, descuidando su apariencia física, observándose de esta forma sobrepeso y obesidad: sustitución del sexo por comida, aliviando de esta forma los sentimientos de ansiedad, sobreprotección, y sintiéndose físicamente y mentalmente indeseados para evitar las relaciones sexuales.
Desarrollan sensibilidad corporal, así como sentimientos de inferioridad, torpeza, sin recursos amatorios, sentirse puestos en ridículo, lo que puede desarrollar en fobias sociales y problemas psicológicos.
Suelen hacer abuso de fármacos, ser auto exigentes, a veces se auto mutilan, además de desarrollar adicciones al trabajo, a la limpieza, al endeudamiento, al atesoramiento, ahorro, a la comida, codependencia, fobia social u otras fobias.
De forma física sexual, se observa eyaculación precoz en el hombre, dificultad en alcanzar el orgasmo, o inexistencia de éste, conductas auto destructivas con tal de no tener mantener, limitar o parar relaciones sexuales, percibiendo el coito como una amenaza, aunque algunas veces pueden desembocar en periodos de bulimia sexual: “atracones” sexuales, relaciones sexuales desorbitadas, ingesta de material pornográfico y sexual de forma adictiva, cayendo en un círculo vicioso conjugado de anorexia y bulimia sexual.
Muchos de ellos pertenecen a grupos que fomentan la repulsión y negatividad hacia el sexo, ya sea de forma cultural como religiosa. Suelen dejar de tener contacto con otras personas que no sean de su familia o de actividades conjuntas obligatorias (como el trabajo) y de estar al alcance de ellas. Así, algunas veces se sienten más poderosos y protegidos de las posibles enfermedades, especialmente de transmisión sexual, aunque no sea del todo cierto.