Las decepciones personales son como ese sabor amargo que deja una huella desagradable en la mente. A veces, el peso de una decepción importante puede borrar la huella de muchas acciones positivas en otra persona. El desencanto amoroso, por ejemplo, duele mucho. Existen síntomas de una decepción personal que te ayudan a conocerte mejor a ti mismo.
Mirar a los ojos de alguien es uno de los mayores gestos de sinceridad y cariño. Un gesto de confianza que surge de una forma natural en la comunicación. Sin embargo, cuando surge una decepción, es más difícil mantener la mirada ante la persona que te ha decepcionado. Una decepción también es muy subjetiva, y puede que alguien te haya decepcionado no por un acto en concreto sino porque ha roto tus expectativas, por ejemplo.
Deseo de marcar distancia
Ante una decepción personal, tendemos a protegernos creando nuestra propia barrera. Esta es una de las razones por las que es posible tener el deseo de marcar distancia con alguien tras una decepción. Esa distancia es una forma de defensa ante el dolor interno. Volver a ver a esa persona puede ser como recordar el dolor.
Los sentimientos se mezclan a nivel emocional cuando se produce una decepción. La persona decepcionada experimenta enfado, tristeza e ira hacia el otro. Sentimientos desagradables que hacen que la decepción sea un estado incómodo a nivel emocional.
Cambias en tu trato hacia el otro
De manera momentánea, cuando te sientes decepcionado por otra persona, también cambias en la actitud que tienes en esa relación. Este cambio puede ser puntual o permanente dependiendo del contexto.
Las decepciones se superan porque además, forman parte de las relaciones personales y te ayudan a conocerte mejor a ti mismo y al otro.