Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach Personal y Ejecutivo
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Todas las mentes están unidas, por lo tanto toda curación puede considerarse como auto curación. Una vez que aceptemos nuestra paz interior, ésta pasará a otros. Toda la curación es interna porque no puede dañarse el amor con algo que parece estar separado o ajeno.
Todas las mentes están unidas en el amor
Considera por un momento el concepto de que hay una mente universal que todo lo une, una sola inteligencia que prevalece y considera también su corolaria, y que no hay dos mentes totalmente separadas.
Si yo, como mente, estoy unido con todas las demás mentes tengo una influencia en las demás lo quiera o no. Sin embargo, si creo que puedo separarme por completo de la mente, simplemente estoy engañándome a mí mismo.
Los pensamientos o emociones que tuviera basados en la creencia de poder separarse de la vida, nunca afectarán la vida. En otras palabras, nuestras ideas negativas no cambian la realidad y esta es la razón principal por la que los sentimientos de culpa no tienen fundamento y no nos ayudan.
Nuestro cuerpo es una máquina de enseñanzas. Reflejará en sus pantallas los sentimientos y pensamientos que le programamos. La mente es el punto de entrada para todos los programas y lo que vemos reflejado en el cuerpo es lo que introducimos en nuestra mente. Nuestro cuerpo exhibirá pensamientos conflictivos, ansiosos o pacíficos, amorosos y felices. No tiene elección en esto pero nosotros sí.
Este concepto muchas veces puede provocar culpa y confusión en el ego.
Primero, el ego no cuestiona sus propios juicios, críticas y condenaciones sobre lo que le sucede en el cuerpo.
Segundo, asume que el remedio es esta autocensura.
Tercero y último, cree que sólo él puede corregir el enfoque de la mente.
El temor y el arrepentimiento nunca son parte de la curación actitudinal, son una preocupación por el pasado. Un error debe verse como tal. Al examinarlo debemos de llegar a nuestros pensamientos de perdón, comprensión, amor, gratitud y paz.
El cuerpo refleja los contenidos de nuestra mente. Si nuestra mente está en paz, también lo estará nuestro cuerpo. Sin embargo, un estado mental pacífico no puede forzarse, porque la fuerza no es pacífica.
La paz interna pasa a otros
Nuestro ego, la parte temerosa de nuestra mente, quiere conflicto y separación, el alimento de su supervivencia. La paz y la quietud interna son enemigos mortales del ego. La paz viene de experimentar nuestra unidad con los demás. El amor y la paz están tan intercalados que nunca pueden estar separados.
Recordemos cada día, cada minuto, cada segundo y recordémoslo sobre todo por la mañana, cuando nos levantemos, que cuando aceptamos la paz para nosotros mismos, los demás reciben un cierto grado de paz. Ésta es la manera en la que se transformará el mundo, no atacando a aquellos que favorecen el ataque.
Las condiciones corporales no bloquean la verdadera comunicación
La práctica directa y consistente del amor, traerá todas las pruebas de esta verdad que se pueden desear y, después de un tiempo, todos los argumentos de que las mentes no están en comunicación parecerán tontos.