Nadie quiere acercarse al camino que nos lleva al divorcio emocional, tampoco queremos que usted esté allí. Para poder seguir moviéndonos en dirección a nuestro matrimonio soñado y lejos de la desunión y el divorcio, necesitamos que sucedan tres cosas.
En primer lugar, necesita reconocer la realidad de que usted y su cónyuge se causan dolor el uno al otro de vez en cuando. Es posible que no sea intencional y que ni siquiera sepa cuándo suceda. Pero ocurre en el curso diario de sus vidas, a través de lo que dice o de lo que no dice, y a través de lo que hace o no hace. Admita que ambos son responsables. Ambos son víctimas y culpables del dolor conyugal que experimentan. Admítalo: ¡Se necesitan dos para bailar un tango y se necesitan dos para quedar enredados!
En segundo lugar, necesita saber qué hacer cuando el dolor y los conflictos inevitables ocurren en su matrimonio. Los conflictos se deben de resolver. Las ofensas se deben confesar y perdonar. Las heridas se deben sanar. Ambos necesitan incorporar este plan hasta que se convierta en algo natural.
En tercer lugar, necesita poner el plan de Dios en práctica cuando el conflicto y el dolor surgen en su matrimonio. Saber qué hacer no es suficiente. Los sentimientos de cariño y una actitud positiva hacia su cónyuge no son suficientes. Las buenas intenciones no acabaran el conflicto. Aun la oración no lo logra todo, a pesar de que es nuestro lugar esencial de comienzo. Necesitamos preparar un plan bíblico de lectura, de manera que cuando el próximo conflicto asome la cabeza, usted sepa cómo manejarlo haciendo lo correcto.
No se cierre a decir que su matrimonio ya no tiene solución, reconozca que ha dañado a su cónyuge, confiese sus ofensas y perdone si le han ofendido, pero sobre todo dejemos entrar a Dios en nuestro matrimonio, Él es esa luz al final del camino, esa luz que nos guiara a tomar esa senda preciosa del amor, esa senda que nos lleva a perdonar y a fortalecer lo que un día fue un hermoso matrimonio y que por diversas circunstancias cambio su camino.
No se rinda, tome el control de su matrimonio.