Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach Personal y Ejecutivo
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Enseña solo amor, ya que eso es lo que eres…
Esta declaración indica nuestro objetivo y los medios para lograrlo. Nos dice que nuestra esencia es el amor y nos enseña a reconocerlo en medio de cualquier dificultad, pequeña o grande; dar sólo amor, enseñar sólo paz y nunca atacar de ninguna manera al otro, por nuestra propia seguridad.
- Cuando estemos ocupados ayudando a otra persona, no experimentemos temor.
- El temor no propicia los cambios positivos y siempre es un error provocar temor cuando ayudamos a los demás.
- No podemos esconder exitosamente nuestros temores a los niños.
- El verdadero contenido de nuestra mente está abierto a todos, especialmente a los niños, y en cierto nivel único, todas las mentes están en comunicación.
- No estamos confinados por nuestros cuerpos y no estamos limitados por la realidad física.
- La mente, por su deseo de vida, puede incidir en el curso de una enfermedad.
- Una preocupación del pasado altera nuestras actitudes presentes.
- Siempre podemos aprender de cualquier situación, sin importar qué tan indeseable puede parecer.
- Nuestros objetivos internos determinan nuestra experiencia. No somos una victima del mundo.
- El amor sí existe
Creo que la vida nos permite descubrir la manera de transferir lo que vemos con claridad y facilidad en una parte de nuestra experiencia, a aquellas áreas donde el temor aun parece razonable.
Constantemente pensamos en el futuro y esperamos que sea como el pasado. Nuestras fantasías y pensamientos tratan sea como el pasado. Nuestras fantasías y pensamientos tratan de proyectar el futuro lo que recordamos que nos gustó del pasado y tratan de eliminar lo difícil y doloroso.
Cuando pensamos así no estamos viendo al futuro de manera práctica y razonable, sino que solamente estamos creando un estado mental compuesto casi en su totalidad de temor.
Cuando no nos sentimos amados o no podemos ser amados, generalmente cometemos el error de tratar de controlar las circunstancias externas que consideramos que causan nuestra infelicidad.
Si se presenta algún grado de felicidad, cualquier persona con esta actitud sospecharía inmediatamente de ella.
Cuando la mente acepta la curación, ese estado de bienestar se extiende a las demás mentes con las que se encuentra unida.