Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach personal y ejecutivo
Teléfono: (81) 83 78 47 10
Las víctimas conviertan en una “necesidad” neurótica existencial pensar que les deben: coleccionan “deudas” para vivir instaladas en el enojo, en la depresión y en la lamentación; mientras que el que empieza a asumir a su guerrero sabio adquiere la consciencia de que la pareja no le debe nada, que si eligió a una persona con carencias afecticas, demandante, dependiente, agresiva significa, en todo caso, que se debe a sí mismo; que las cuentas que tiene que hacer no son con el otro, sino consigo para analizar por qué su capital interno es tan precario que sólo le alcanzó para adquirir un modelito que nada más le frustra y provoca dolores de cabeza.
Una víctima se obsesiona por el “monto“ del adeudo que su cónyuge “adquirió” con ella. El guerrero sabio, en cambio, trabaja para liquidar el endeudamiento que tiene consigo mismo y con el compañero.
Cuando una “víctima” estima que su pareja ha acumulado una gran cantidad de deudas para con ella, lo que yace en el fondo de su ser son las limitaciones de su propio bienhechor, quien le quiere dar poco, y por eso busca a un cónyuge carente y avaro que le escatime el lenguaje del amor, de tal manera que lo usa para que le cumple y satisfaga su guion personal de “no lo merezco”.
Podemos concluir hasta el momento, que el victimismo merma o anula la capacidad de autocrítica que es el atributo que nos permite reconocer nuestras carencias para poder superarlas y de esta manera evolucionar, la cual, y aquí introduzco un nuevo elemento, es alimentada por los mecanismos de defensa que intentan protegernos de la angustia que nos generan nuestros conflictos internos y su aceptación, de tal suerte que optamos, de manera inconsciente, por negarlos o adjudicárselos a otras personas.
Para que puedas tener una visión panorámica del victimismo te muestro su ecuación psicológica:
Conflictos internos-angustia-mecanismos de defensa-incapacidad de autocrítica-victimismo.