Papel social de la pareja:
Toma de decisiones. La toma de decisiones en la pareja se establece en la relaciones de poder que dan estabilidad y que se acomodan, la mayoría de las veces, a las capacidades de cada miembro de la pareja. No existe una forma ideal de tomar las decisiones, sino que se tiene que realizar de forma aceptable para ambos miembros de la pareja.
Separación de la familia de origen. La pareja es una unidad social, por eso es fundamental separarse emocionalmente de la familia de origen. No para romper relaciones, sino para tener una identidad diferenciada de padres y hermanos y poder construir la propia familia.
Actuación en el amor
La teoría triangular del amor incluye la pasión, la intimidad y el compromiso. Para potenciar y conseguir una relación de pareja plena hay que actuar en las tres vertientes.
Incrementar la pasión. Para lo que es preciso:
- Conservar las imágenes románticas, idealizadas iniciales que se han tenido del otro, y que hicieron que te enamoraras de él, ayuda a enfrentar las realidades y cambios que imprime el tiempo tanto en el cuerpo con los achaques normales de la edad, como con las manías y costumbres que se van desarrollando o perdiendo con la rutina de la convivencia .
- Mantener la admiración por la pareja.
- Establecer una relación sexual rica y placentera y protegerse de las interferencias que pueden surgir debidas a las obligaciones laborales y familiares. La rutina es el peor de los enemigos del deseo y el disfrute sexual. Es preciso innovar y para ello la imaginación, la fantasía y el humor son medios extraordinarios.
Preservar e incrementar la intimidad:
- Construir un fuerte compañerismo basado en la intimidad y la identidad, que permita al mismo tiempo poner límites al otro para proteger la autonomía de los dos.
- Usar el humor y la risa para poner las cosas en perspectiva y evitar el aburrimiento y el aislamiento.
- Las tareas propias del cuidado de los niños son muy absorbentes. Hay que tener en cuenta como se incrementan debido a las crecientes exigencias laborales, que llevan cada día más tiempo. El peligro reside en perder relación entre los dos, pasando a tenerla siempre mediada por los hijos. En esas circunstancias, es preciso dedicar un tiempo y un espacio a la relación. Es necesario proteger la intimidad propia, la del otro y por supuesto como pareja.
Mantener y ampliar el compromiso en la pareja.
- Mantener el vínculo de la pareja en la adversidad. La pareja tiene que ser un paraíso en el que los componentes son capaces de expresar sus diferencias, enfados y conflictos. De forma que cuando las cosas van mal fuera, uno pueda llegar a casa y tener un oasis de tranquilidad, de apoyo y comprensión. Por supuesto, no exentas de discrepancia. Establecer medios de comunicación segura, que permitan manifestar la propia opinión, sin que el otro se sienta ofendido o rechazado es un elemento importante para incrementar la aceptación mutua.
- Cuidarse y confortarse mutuamente, satisfaciendo las necesidades de dependencia de cada uno y ofreciendo apoyo y ánimo constante. Como se ha dicho, es importante en la adversidad, pero se trata de hacerlo de forma cotidiana.
- Atención a las inevitables crisis vitales que pasamos en la vida. Se ha mencionado el nacimiento de los hijos, o las adversidades; pero las crisis nos acompañan en nuestro desarrollo personal con el transcurso del tiempo. El nacimiento del los hijos, o la falta de hijos, los ascensos en el trabajo, los cambios hormonales como la menopausia, el abandono del hogar por los hijos, la jubilación, etc. Son crisis que ponen en cuestión y modifican la relación en la pareja, que se debe ajustar a las nuevas circunstancias. Saber y comprender que se está en una de esas crisis ayuda. Potenciar la comunicación y el apoyo mutuo asegura la superación de estos cambios.
La costumbre nos hace ver las cosas de forma distorsionada. Cuando tenemos algo y estamos acostumbrados a ello, percibimos principalmente los defectos y lo que le falta, pero cuando lo perdemos, minimizamos los problemas y echamos de menos todo lo que realmente nos aportaba. Por eso, un buen ejercicio para fortalecer la pareja es imaginarse de vez en cuando lo que perderíamos si no estuviese con nosotros.