Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach personal y ejecutivo
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El límite para amar lo define tu integridad, dignidad y tu felicidad y tal vez tú ya pasaste ese límite pero ¿Cómo puedes saber que ahora si ya te saliste de la raya? Esto sucede cuando tus anhelos pasan a otro plano, es decir que “el ser para el otro” impide “ser para ti”.
Cabe la posibilidad de que te sientas en el lado obscuro del amor, es probable que quieras regresar a ser lo que eras antes, a la tranquilidad de aquella soledad bien llevada.
Pasar los límites de lo razonable como el respeto, infidelidad, maltrato no implica que el afecto tenga que disminuir necesariamente, sino que a partir de ahí el amor por sí solo no valida el vínculo afectivo debido a los costos psicológicos, morales, físicos y sociales.
Lo ideal en una relación constructiva es que exista el interés de ambos en la conveniencia/congruencia interpersonal, es decir, que tanto tú como la persona que amas les haga bien tenerse en su vida, concuerden con sus metas, intereses y necesidades personales.
Aunque el amor que sientas insista y persista a partir de ciertos límites se puede ver afectado en ciertas áreas. Por ejemplo en tu autorrealización al punto en el que el amor propio y el autorrespeto comienzan a trastabillar y tu dignidad va perdiendo la potencia.
Esto no implica “amar menos” ni mucho menos pensar que el amor tiene límites sino que debemos de amar de una manera realista y decorosa, podemos dejar de magnificar el amor y alejarnos de una relación afectiva-destructiva así sea con esfuerzo y dolor por tu propio bienestar, para regresar a sentir esa tranquilidad.
Tómate un tiempo de reflexión, recuerda que la vida y el amor son cosas totalmente maravillosas, aprende a disfrutarlas sin complicaciones.