Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta
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La mayoría de los trastornos depresivos que se presentan en algún momento de la vida de tantas personas están determinados por sucesos, circunstancias, hábitos u otros condicionantes negativos que unidos a cierta predisposición personal, siempre necesaria sirven de causa y desencadenante de una enfermedad por regla general curable en un tiempo no muy largo.
Se les domina reactivas porque responden como reacción a un agente externo, pérdida de un ser querido, desgracias, descalabros laborales… que causa una agresión aguda y traumática o una situación estresante mantenida en el tiempo que llega a hacer perder los recursos de aguante (tensiones por situaciones familiares o laborales, enfermedades crónicas, excesos de trabajo y preocupación mantenidos.
Se podrían considerar al menos tres tipos diferentes de trastornos: mixto ansioso-depresivo, adaptativo ansioso-depresivo y depresión por agotamiento.
Trastorno mixto ansioso-depresivo:
Son depresiones que, por regla general, tiene un carácter más leve que la depresión mayor y se acompañan de una clara sintomatología ansiosa como la depresión y ansiedad pero son más leves que los que se presentan en los cuadros de depresión mayor.
Trastorno adaptativo mixto ansioso-depresivo:
Son los mismos síntomas pero se le añade el calificativo de “adaptativo” a ciertos cuadros clínicos en los que se desea significar que están causados por alguna circunstancia que ha supuesto un cambio en la vida de la persona y que, por tanto, requiere adaptación.
Pueden ser cambios biográficos como la jubilación, el acceso a la edad laboral, las rupturas, la viudedad, la salida de los hijos del domicilio etc.
En estos casos la readaptación del paciente a la nueva situación supone curación, que lógicamente se puede alcanzar antes, más y mejor con un tratamiento adecuado.
Depresión por agotamiento:
Bajo esta denominación, que no entra de modo oficial en las clasificaciones internacionales habituales, se pueden incluir ciertos cuadros depresivos y casi siempre también ansiosos con una sintomatología similar a las vistas en los epígrafes anteriores pero que venían en su causa.
El agotamiento es psíquico y puede haber también un cansancio físico por excesos de tensión emocional, lucha interna contra las propias tendencias afectivas o los pensamientos entrometidos que dan en personalidades, obsesivas, con conductas ritualizadas de orden y anticipación, de auto exigencia y excesiva responsabilidad, de incapacidad para descansar y cortar con las exigencias laborales etc.
¿Distinguiste alguna de estas? Indaga lo más profundo en tu corazón, cuerpo y alma para revisar qué situación es la que te provoca estos síntomas.
Atiende lo que tu cuerpo necesita