Una nueva investigación multinacional encontró la región cerebral donde se registra la actividad emocional del enamoramiento. Según investigadores la región donde se ubica la sensación de amor está vinculada al área donde se origina el deseo sexual, aunque ambos están separados en cuanto a origen.
Así, los científicos del estudio alegan que el amor se origina en la misma zona donde se presenta la adicción a las drogas. Estudios previos ya habían mostrado que las emociones humanas provienen del sistema límbico, estructura de respuestas fisiológicas que alberga el hipocampo, tálamo, hipotálamo, la amígdala, entre otros.
Es en esta región donde se controlan los impulsos emocionales, como la conducta, la atención, el humor, la memoria, el placer, la adicción, entre otros comportamientos fisonómicos del cerebro y el organismo.
Pero siempre fue todo un reto ubicar el área precisa donde el amor se manifiesta, ya que, a diferencia de otras emociones tangibles como la ira o el placer físico, el amor parece tener una complejidad que abarca muchas áreas cerebrales. El equipo internacional realizó 20 pruebas que analizaron la actividad cerebral en momentos de experiencia amorosa y de deseo sexual.
Así, unos participantes se sometieron a pruebas de resonancia magnética funcional (MRI, por sus siglas en inglés) para observar la actividad del cerebro mientras los voluntarios observaban imágenes eróticas y de la persona que quien estaban enamorados.
Los resultados mostraron que las estructuras de la corteza insular y el núcleo estriado son las responsables del deseo sexual y del amor, respectivamente. La ínsula es una porción ubicada en la superficie lateral del cerebro, entre el lóbulo temporal y el lóbulo frontal, mientras que el núcleo estriado está en el cerebro anterior.
Se observó que tanto el deseo sexual como la experiencia del amor activan áreas diferentes del núcleo estriado. Pero el área que se activa con el deseo sexual también muestra respuestas con otros placeres como comer.
Sin embargo, la región que se activa con lo amoroso, aunque responde en las áreas del deseo sexual y la comida, sólo funciona cuando existe un elemento inherente en la experiencia del amor; la misma que se presenta en la adicción a las drogas.
Pero tanto el pacer a la comida y al deseo sexual, como a las drogas, necesitan de un estímulo físico para poder concretarse. El amor, en cambio, siendo más abstracto y complejo, se origina sin la presencia de una persona u objeto.
«Y en el cerebro el amor funciona de la misma forma a cuando la gente se vuelve adicta a las drogas» explicó a la BBC el profesor Jim Pfaus, de la universidad de Concordia y líder del estudio.