Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach personal y ejecutivo
Teléfono: (81) 43 00 25
Los egos nos enseñan que el pasado predecirá el futuro. Debido a ello creemos que siempre estamos en peligro de perder todo lo que significa algo para nosotros. Pensamos que en todo momento podemos ser atacados, heridos traicionados, abandonados y lastimados.
Son siempre nuestros pensamientos sobre el mundo los que nos causan molestia.
Podemos tener paz interior sin importar lo que sucede en el exterior. A pesar del caos, podemos elegir estar en paz, sabiendo que estamos conectados y sostenidos por nuestra pacífica y amorosa fuente.
Nuestras experiencias pasadas nos hacen pensar con frecuencia que estamos solos y desamparados. El mundo se ve peligroso y nos sentimos frágiles y pequeños seres con poco o casi nada de control sobre nuestras vidas o las que los que amamos. ¿Es sorprendente que experimentemos miedo y confusión cuando contemplamos el futuro? Nuestros egos nos dicen que esa forma de ver es “honesta” e “innegable” y nos aconsejan ver por nosotros mismos e ignorar a los demás.
Hay otra forma de ver
Quiero que consideres la posibilidad de que el mundo que vemos está de cabeza y que lo que pensamos que es causa y efecto puede ser en realidad lo contrario. El sistema de creencias con el que estamos acostumbrados a vivir, enseña que la causa de nuestra molestia viene del exterior. Así, siempre. somos una víctima potencial de lo que no podemos controlar.
Por ejemplo, si queremos jugar tenis y llueve, el clima ha arruinado nuestros planes y es «razonable» que nos enojemos. Si estamos enfermos y perdimos nuestra paz interna, nuestro ego nos dirá que perdimos la paz debido a la enfermedad. Por lo tanto, estamos desamparados ante las fuerzas del mundo.
La culpa es el juego del ego
Cuando las cosas salen mal en nuestras vidas, ya sea en las relaciones, los negocios o la salud, nuestra tendencia «natural» es encontrar a alguien a quien culpar. Pero, ¿qué sucede cuando jugamos el destructivo juego del ego y encontramos a quien culpar? ¿Eso arregla algo en nuestras vidas? ¿Nos sentimos más amados, más conectados? ¿Nuestra mente está íntegra? Todos hemos cometido este error y todos hemos visto sus consecuencias. La proyección y la culpa destruyen nuestra paz, felicidad y nuestro sentido de integridad, y no arreglan los problemas.
Nuestros pensamientos crean nuestras experiencias
Tal vez el mayor regalo que nos ha dado el universo es la libertad de elegir los pensamientos de nuestras mentes. Esto significa que cada segundo de cada día podemos elegir la paz en lugar del conflicto, sin importar el caos que nos rodee. Para las mentes acostumbradas a una sola forma de ver y una reacción, puede parecer una tarea imposible. Pero la hermosa verdad es que la única elección que estamos haciendo es entre la felicidad y la miseria. Una vez que lo entendamos, nuestro deseo de elegir constantemente La Paz se vuelve instintivo.