Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach personal y ejecutivo
Teléfono: (81) 83 78 47 10
No hay espacio mental disponible para nada más: “Sólo pienso en ti” Ésa es la consigna de quien ha hecho del otro su motivo de existencia.
Si ya eres víctima de la obsesión, sabrás que esa absorción afectiva te quita hasta el último aliento.
Hablo de sentirse totalmente invadido por imágenes y pensamientos de la ex pareja, como si cada neurona tomara el mismo rumbo y repitieran la misma información formando una cadena interminable.
¿Qué se puede hacer?
Enfrentar la estructura obsesiva que se ha instalado en ti y no resignarte a ella de ninguna manera. Debes luchas si quieres sobrevivir, no te quedes rumiando un amor inconcluso que sólo existe en tu traviesa fantasía.
No te resignes a cargar con el dolor como si se tratara de una lápida, no te recrees en aquellos pensamientos que exaltan el gran amor perdido: que el ex no se convierta en el santo de tu devoción.
Resiste con valentía y porfiriadamente, sin dar el brazo a torcer; que tu voluntad te guíe y la dignidad marque el paso. Y cuando tengas la actitud entusiasta dirás: #Ya no pienso en ti; pienso en mí, en mi vida y en mis sueños, en la gente que quiero y me quiere.
Lo ideal para tu salud mental es no dejarte seducir por la libre asociación y no entrar en el juego de las correlaciones amorosas, porque no habrá límite ni saciedad de tu parte. Siempre te quedará algo por completar o algún vacío que llenar.
En el adiós, la cotidianidad que te unía al otro se disuelve. Que tu memoria sirva para recordar lo que te haga crecer como persona, lo que sea vital para tu supervivencia, y que tu atención no se focalice en la infinidad de estímulos condicionados que te arrastran a un recuerdo desbocado.
Memoria y atención relajadas, despreocupadas y funcionando en libertad.