Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach personal y ejecutivo
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Dentro de los factores psicosociales, la mayoría de los estudios suelen distinguir entre factores provocadores (aquellos acontecimientos o dificultades sociales persistentes y que suponen una amenaza potencial) y la vulnerabilidad de la persona para padecer un trastorno depresivo (características de orden personal y social).
De la conjunción de estos dos factores, vulnerabilidad y acontecimientos amenazantes concretos, se derivaría un incremento de la predisposición a padecer una depresión.
Se pueden enumerar los siguientes aspectos psicosociales determinantes en la aparición de un trastorno del estado de ánimo:
- La personalidad y el estilo cognitivo
- Las pérdidas parentales (infantiles)
- Ausencia de soporte social. Carencia de relaciones interpersonales, de forma específica, con la pareja.
- Presencia de determinados acontecimientos vitales y factores estresantes crónicos: existe una relación entre el comienzo de un trastorno depresivo y la existencia de acontecimientos vitales recientes.
Los factores psicosociales se pueden enfatizar de la siguiente manera:
- Acontecimientos vitales: Son aquellas experiencias personales lo suficientemente perjudiciales o amenazadoras como para requerir un reajuste del individuo. La amenaza experimentada y la necesidad de cambio puede exigir un reajuste que ponga en peligro el bienestar psicológico de la persona.
- Estresores crónicos: Se caracterizan por su persistencia en el tiempo, generalmente más de dos años. Este tipo de estresores se asocia con la sintomatología depresiva: como, por ejemplo, circunstancias estresantes relacionadas con la situación familiar o de pareja.
- Micro-estresores: Se definen como un conjunto de circunstancias asociadas al estilo de vida de cada persona y que producen irritabilidad, frustración o estrés de menos intensidad como pueden ser los problemas cotidianos del tráfico etcétera.
- Apoyo social: Producido por aquellos lazos que pueden beneficiar al individuo psicológicamente y que permiten que se sienta realizado personalmente en cuanto a sus necesidades afectivas, materiales, de orientación vital o de autoestima.