Miguel Ángel Pla
Psicoterapeuta – Coach personal y ejecutivo
Teléfono: (81) 83 78 47 10
Emprender un proyecto de pareja implica dos cosas: por un lado, crear un espacio en el que vivirás con tu amada las experiencias más dulces, íntimas, apasionadas, profundas y plenas; y por otro, descubrir un escenario no previsto: un territorio de guerra intrínseco a la pareja que se genera por sí mismo y en el cual se libran las batallas más cruentas que te puedas imaginar.
Dado que un aspecto de la vida en pareja implica conflicto, la única forma de ganar las múltiples batallas que acompañarán al proyecto amoroso, consiste en contar con un guerrero interior capaz de enfrentarlas con éxito.
El gran guerrero sabe que este campo de batalla está ahí para oponerse a sus propios demonios y no para confundirlos y depositarlos cobarde e irresponsablemente en la pareja; sabe también que la disyuntiva que debe enfrentar es someter e integrar en su persona a estos dragones o, de lo contrario, ellos se las ingeniarán para dinamitar el encuentro amoroso.
El guerrero sabio es la persona que sabe que en cada conflicto tiene que enfrentarse a peligrosos dragones que habitan en su interior. Es valiente porque enfrenta los conflictos con aplomo, no los rehúye. Es sabio porque sabe que el epicentro de los sabotajes se ubica en su interior y que solo puede realzar cambios en sí mismos y no en el otro, de tal manera que no desperdicia su tiempo y su energía tratando de transformar a su pareja.
Es noble y humilde de corazón porque no le interesa avasallar o estar por encima de la pareja, sino lograr acuerdos con el guerrero sabio de ella para que la relación, que no es otra cosa que dos reinos individuales que formar uno más amplio, tenga una vecindad armónica y de ayuda mutua.
Por eso, para aspirar a construir una pareja de primer nivel, necesitamos entrenar arduamente a nuestro guerrero sabio para que deje de ser de tercera división y se convierta en uno de ligas mayores.