Ven, vamos a despedirnos con la frente en alto…
Seamos honestos, tú y yo somos tan intensos que esa misma intensidad no nos deja poner un punto final cordial. Nos hemos despedido ya un par de veces y siempre, siempre terminamos muy mal. Ven, siéntate conmigo y vamos a hablar. Sé muy bien que en una historia siempre hay dos versiones y la nuestra…